En Indonesia se vuelve a legalizar la mutilación genital a las niñas, tras haber estado prohibida durante cinco años.
Sé que todas hemos pensado inmediantamente en la imagen de la niña de la película que vimos aquel viernes. Sé que hoy hemos hablado de cómo entrar a la gente, dando rodeos, intentando calar poquito a poco, haciendo filigranas para no caer mal y/o no asustar (parece ser que somos las mujeres del saco) a la población no sensibilizada con el tema de la igualdad. Sé todo esto y me parece bien, soy consciente de que es el único medio que tenemos nosotras, feministas de a pie, de conseguir llegar a las mentes más cerradas, o al menos intentarlo.
Pero resulta que existe gente con poder, y es a esa gente a la que tenemos que exigirles que de verdad nos representen y nos protejan de las continuas violaciones de los derechos humanos a las que somos sometidas porque sí, porque nacimos con vagina y nos cayó encima todo el paquete correspondiente a nuestro sexo. Nosotras tenemos la obligación de exigir a esas personas y ellas tienen la obligación de escucharnos, tomar nota y moverse, ponerse las pilas...de hacer su trabajo al fin y al cabo.
Hoy hemos analizado un poco el mundo de la publicidad. En España se puede denunciar una campaña y conseguir que se retire. Y ya está. Mi propuesta es la siguiente. Si una marca es denunciada por publicidad sexista, multa, pero de las que pica pagarlas. Si reincide, otra multa y pena de cárcel. ¿Que hay que cambiar leyes? Pues que se cambien. ¿Que hay que reformar el Código Penal? Que se haga. ¿Que habría que cambiar la Constitución? Pues adelante, sin miedos; lleva anquilosada desde 1978 y han evolucionado muchas cosas desde entonces. Se nos olvida que todo eso no son más que herramientas que deben ser utilizadas para el beneficio de la ciudadanía. Vamos a exigirlo. Vamos a hacer que se nos escuche y se nos vea. No quiero seguir siendo una mujer invisibilizada que tiene que hacer encaje de bolillos para que escuchen siquiera lo que quiero transmitir. Estoy en mi derecho de exigir todo lo que me corresponde por ser una ciudadana del mundo, y desde la plataforma privilegiada del llamado primer mundo quiero también exigirlo para todas y cada una de las mujeres que no son tan afortunadas como yo.
No estoy mendigando nada ni pidiendo favores. Estoy exigiendo un derecho.
¿Soy por eso radical o extremista?
"Las manifestaciones de la INJUSTICIA se refieren tanto a la OPRESIÓN, es decir, las relaciones que impiden la expresión plena de las capacidades de una persona o grupo, como a la DOMINACIÓN, o sea, aquellas relaciones que impiden la participación plena de una persona o grupo en la vida social o en las decisiones" Iris Marion Young
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